INTRODUCCION

EXPLORADORAS DE LOS ABORIGENES
ARGENTINOS



Este blog fue creado con la intención de conocer y acercarnos a una parte de la población argentina de la cual mucho no se habla ni conoce.

Al pensar el tema sobre el cual queríamos trabajar, este fue el que más nos despertó interés debido a que nos preguntamos ¿porqué será que esta parte de la población es dejada de lado, olvidada y abandonada en el tiempo?

Este es el motivo por el cual nos convertimos en exploradoras y conocimos, analizamos ciertos aspectos de los aborígenes que habitaron y habitan en nuestro país.


Los invitamos a explorar junto a nosotras.



ALEJANDRA y SONIA


Aborígen argntino

jueves, 15 de octubre de 2009

COMECHINGONES


Comechingón es la denominación vulgar con la cual se alude a una antigua etnia originaria de la República Argentina que a la llegada de los realistas españoles en el siglo XVI habitaba las Sierras Pampeanas de las actuales provincias de Córdoba y San Luis.

Cultura
La cultura comechingona poseía indudables influjos de procedencia andina, practicando la industria textil con lanas de auquénidos,
cestería, metalurgia y cerámica o coroplastia medianamente elaborada. Eran sedentarios, cazadores-recolectores (en especial de bayas de algarrobo criollo y otros frutos: molle, piquillín, chañar, y "coco" -de la palmera caranday-) así como horticultores de papas -patatas,-, maíz, zapallo, porotos, quínoa), eran también poseedores de una incipiente ganadería y avicultura al poseer grandes rebaños de llamas y críar gallináceas como las pavas de monte, aunque su dieta en parte provenía de la caza.
Muchos antropólogos tienden a considerar a los hênia-kamiare como un conjunto muy diferenciado del grupo huárpido. Dos rasgos de los comechingones que más han llamado la atención son su aspecto caucasoide (los varones eran barbudos ya en la pubertad), sus tallas relativamente elevadas para su época (aproximadamente 1,71 cm en los varones), y la existencia de una frecuencia de quizás el 10% de individuos de ojos verdosos.Aunque los estudios revelan un predominio huárpido (al parecer el más antiguo), en la etnogénesis de este pueblo, a lo largo de miles de años, influyeron también linajes pámpidos, ándidos e incluso amazónidos, esto se explica por la ubicación geográfica de su territorio, que era la encrucijada de las diversas corrientes poblacionales prehistóricas del territorio que hoy es Argentina.
El otro rasgo llamativo fue el de sus viviendas: casas de piedra, colectivas y semisubterráneas para soportar mejor los fríos (hasta las caídas de nieve) del invierno meridional.
A 75 km al noroeste de la ciudad de Río Cuarto se encuentra el pueblo de Alpa Corral, alpa en lengua "comechingona" significa piedra, es decir:Corral de Piedras, donde se aprecia en sus sierras las divisiones territoriales de estos habitantes hechas con piedras y que se denominan pircas. En este pueblo se encontraron los restos de un comechingón que murió a orillas del río, como también se puede visitar la Cueva del Toro Barroso donde se aprecian las pinturas rupestres de estos aborígenes.
Es de tener muy en cuenta que los hênia-kamiare o "comechingones" poseían su propio idioma, aunque actualmente en el territorio que habitaban abunda la toponimia en runa sini o quechua; esto debido a que los conquistadores españoles desde el s XVI impusieron el runa sini (dialectizado) como "lengua general" para comunicarse con las muy diversas etnias aborígenes ubicadas en el Cuyo, Córdoba, Santiago el Estero, y Noroeste Argentino.
Poco se sabe de sus cultos, las crónicas relatan que "adoraban" particularmente a la luna y que quizás por este motivo es que preferían combatir de noche, lo evidente es que poseían varios centros cultuales o santuarios en los cuales se congregaban, de tales centros cultuales los actualmente conocidos son sitios caracterizados de la geografía: cerros elevados, manantiales de aguas limpias, grutas y "quebradas" en las cuales se apreciaban de un modo especial los astros. Entre sus cerámicas llaman la atención las "toscas" estatuillas que representan a mujeres y varones, tales estatuillas tienen un aspecto muy estilizado, sin embargo se descubre su "sexo" al estar destacadas las partes que representan a los genitales, otra característica de muchas de las estatuillas: el resaltado de los glúteos, ha dado lugar a un equívoco: el suponer que la esteatopigia era común entre los henia-kamiare, sin embargo la existencia de esteatopigia ha sido infrecuente o rara en esta población; la explicación es otra, del ámbito simbólico: el resaltado en la representación de genitales y nalgas en las estatuillas muy probablemente se ha debido a una práctica de "magia simpática" relacionada a los cultos de fertilidad.

Organización social
Como otros pueblos prehispánicos del actual territorio argentino, en el siglo XVI los "comechingones" se hallaban organizados en jefaturas y (debido a la acumulación económica y de poder) en señoríos: hacia el 1.100 a.C el ámbito "comechingón" se encontraba habitado por comunidades productoras de moderados excedentes alimentarios, estas comunidades se asentaron en las zonas más fértiles y menos frías, es decir, principalmente en el fondo de los valles. Los cultivos solían ubicarse en tales sitios mientras que la cría de llamas implicaba una pastoricia hacia regiones más elevadas. Pese a la constitución de un completo modo de producción agrícola, los "comechingones" mantuvieron siempre paralela y complementariamente un modo de producción cazador-recolector. Esto y los accidentes de terreno significaron que hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI los "comechingones" poseyeran una mayor fragmentación política que las etnias de las llanuras, lo cual facilitó la tardía aunque veloz invasión sanavirona. Si tal fragmentación política de señoríos y cacicazgos en pequeños territorios facilitó la expansión invasiva de los sanavirones, mucho más facilitó la conquista española que estableció una "pax hispánica".

Arte rupestre
Este pueblo ha dejado interesantes relictos, principalmente más de 1.000 pictografías parietales o rupestres y petroglifios de gran abstracción -incluyendo grafismos- como los que se encuentran en Cerro Colorado, Quebrada de la Luna, Candonga y Ongamira -centro norte de la provincia de Córdoba- y el yacimiento de "Inti Huasi" o Casa del Sol, en el noroeste de la provincia de San Luís (el nombres quechua le fue dado tras la conquista española ya que los misioneros utilizaban el quechua como lengua general) , otro de los yacimientos importantes es el de Los Molinos. También existen grabados y dibujos en las sierras de Viarava y Charava, en la Casa de Piedra; en los cerros Veladero y Bola y en La Máscara; en el cerro de La Quebrada, en el cerro San José; en las Playas, Ampisa, Piedra Pintada y Quebrada de Casas Viejas, quizás en terrenos de la actual Ciudad de Córdoba, en el sector denominado El Pueblito de la Toma , actualmente barrio Alberdi, Alto Alberdi, entre otros. etc. Es de llamar la atención que muchas veces el arte rupestre "comechingón" ha sido confundido con un presunto "arte de colonizadores vikingos", tal equívoco (en el cual llegaron a incurrir antropólogos respetables como Dirk Ibarra Grasso) obedece a que en sitios como Cerros Colorados aparecen grafismos que remotamente parecen runas y, junto a ellos personajes con cuernos en las cabezas (casi seguramente chamanes -actualmente se sabe que los vikingos casi nunca adornaban con cuernos su cascos-), más (y las coincidencias parecían demasiadas) diseños que parecían estilizados drakkars y hombres a caballo; la representación jinetes de corresponde al último momento del arte comechingón puro, es decir precísamente al momento en el cual estaban enfrentando a los conquistadores españoles, si bien se observan las pictografías con jinetes estos aparecen como pocos rodeando a grupos de seres humanos a pie, lo cual significaría la sorpresa de los "comechingones" ante los españoles y sus armas y tácticas.

Distribución geográfica y parcialidades
Hacia 1.550 los dos conjuntos principales (Hênia y Kamîare) se ubicaban -grosso modo- el primero al norte del paralelo 31ºS y el segundo al sur de dicho paralelo, pero -obviamente- un límite geodésico no era un límite absoluto para el desplazamiento de las poblaciones.El conjunto de los kamiare habitaba en el sector meridional de las Sierras Pampeanas, principalmente en lo que es hoy el noroeste de la provincia de San Luis, siendo las subparcialidades principales las siguientes:
Saleta (en la vertiente occidental de la Sierra de Comechingones, incluyendo la zona de la ciudad de Merlo)
Nogolma (inmediatamente al oeste de la antedicha, siendo su principal solar el valle de Conlara)
Michilingüe (al oeste y suroeste de las dos anteriores, la subparcialidad michilingüe fue la más conspicua de la actual provincia de San Luis y su área de extensión llegaba por el poniente hasta la Sierra de las Quijadas que le servía de límite con los huarpes del grupo Huanacache, por el sur los michilingüe confinaban con los het de la parcialidad taluhet en las serranías de Varela y la Sierra del Tala).
El conjunto de los hênia habitaba principalmente en el sector de las Sierras Pampeanas llamado Sierras de Córdoba, de norte a sur y de este a oeste sus parcialidades principales hacia el s XV eran las siguientes:
Mogas (en las Sierras de Ambargasta, confinando en la zona de las Salinas Grandes con los olongasta y hacia el norte y este con los salávinon o "sanavirones")
Caminigas (inmediatamente al sur de los "mogas", habitaban las zonas en donde se encuentran Quilino y Tulumba).
Guachas o Gualas (al sur de los caminigas, en la zona de Tototal)
Chine (al oeste de los guacha, en la zona de Dean Funes y Cruz del Eje hasta las Salinas Grandes)
Sitón (en el Valle de Punilla, los faldeos orientales de la Sierra Chica y, por el oeste, hacia los actuales límites de la provincia de Córdoba con La Rioja).
Aluleta (en los faldeos orientales de la Sierrra Chica , el sur del Valle de Punilla, y el Valle de Paravachasca)
Naure (en el sector central y meridional del Valle de Traslasierra confinando al sur con los ya mencionados -del grupo hênia-: saleta y los nogolma).
Macaclita (en el Valle de Calamuchita y los faldeos orientales de las Sierras de Comechingones hasta las inmediaciones de la ciudad de Río Cuarto teniendo por vecinos orientales y meridionales a los het de la parcialidad taluhet).

Otros rasgos culturales: vestimentas y adornos

Las ropas de los hênîa-kâmîare evidencian el influjo ándido: vestían poncho , chiripá y ojotas , durante los inviernos añadían a su ropaje "chalecos" de lana y prendas de cuero. Los varones solían adornarse con pequeñas placas alargadas y chatas de metal (cobre, plata y oro) llamadas "chákiras" que pendían de sus cabelleras. Las mujeres se perfumaban con el jugo de un fruto al que llamaban suico y se exornaban con caracolas pintadas.

La conquista española

Casi sin lugar a dudas, con la llegada de los conquistadores , tal cual les sucediera a casi todas las etnias americanas precolombinas, gran parte de la población pereció a causa de las epidemias contra las cuales aún carecían de inmunidad (especialmente la viruela, el sarampión y ciertos tipos de gripe), esto facilitó en gran medida la conquista española, por otra parte las similitudes fisiotípicas hicieron que los sobrevivientes se confundieran con bastante facilidad con los europeos y formaran parte de la nueva población criolla. Aún a inicios de s XIX vivían en zonas, para entonces, apartadas de las sierras familias (como las de los Tulián y Guayán) que se reconocían descendientes de los hênîa y los kâmîare, para entonces gran parte de las familias del conjunto hênia estaban mixogenizadas con sanavirones (o salavinones) y con españoles.
Olayón fue un cacique principal comechingón, famoso por su bravura que vivió en la zona de Cruz del Eje, Córdoba, por 1590-1620. Murió en combate, luchando contra las injusticias de los españoles, en duelo singular con el capitán Tristán de Allende, a quien logró dar muerte.






Ocupaban la región nordeste de San Luis

Los sanavirones llamaron comechingones a sus vecinos del sur, es decir, a los indígenas que habitaban en cuevas desde la zona de Cruz de Eje hasta la de Achiras en el sur, en la provincia de Córdoba; en San Luis ocupaban el área de Conlara.
Los comechingones son descriptos así: altos, morenos, barbados, Caracteres que distinguen a los huárpidos; las mediciones de esqueletos hallados dan una media de 1,65m y 1,68m; su cabeza era más o menos alargada y siendo deformada en la forma tubular erecta típica de los diaguitas.
Fuente: E.P.E.T. Nº 18 Nicolasa B. de Quiroga, Villa Mercedes, San Luis (Argentina)
La antigüedad de los comechingones en las sierras cordobesas parece muy remota; 1a gruta de Candonga fue habitada desde los primeros tiempos de la era presente; pero son anteriores todavía los aborígenes de los yacimientos de Ongamira y Observatorio, pues todavía no conocían la alfarería y predominaba en ellos el instrumental lítico y de hueso. Alberw Rex González estudió el horizonte precerámico de las sierras cordobesas, el yacimiento de Ayampitin en Pampa de Olaen, el abrigó de Ongamira, la gruta de lntihuasi, en San Luis. Los restos arqueológicos hallados tendrían una antigüedad de cinco milenios, según O. Menghin. Elementos de la época paleolítica como las puntas de lanza o jabalina, de piedra y en forma de hoja de laurel, hallados en varios lugares, perduraron hasta la llegada de los españoles; probablemente aquellas "medias picas" de que hablan los documentos de la época de la conquista fuesen esas antiguas lanzas o jabalinas.
Cultivaban el suelo, eran casadores y recolectores; criaban llamas. En sus siembras figuraban maíz, porotos, zapallos, quinoa; cazaban guanacos, liebres, ciervos; recolectaban frutos de algarrobo y del chañar. Los morteros excavados en la roca y las conanas atestiguan la preparación de los granos; en los morteros con manos de forma cilíndrica, se molía la quínoa y el maíz.
Su vivienda era semisubterránea, en oquedades o cuevas de las sierras, o cavada en tierra y cubierta con madera o paja; los abrigos rocosos se completaban con pircas adosadas a ellos.
En religión tenían pocos ritos; habrían poseído la noción de un alto Dios confundible con el Sol; practicaban en cambio la magia y las danzas rituales, de origen amazónico, como se advierte en las pinturas rupestres de Cerro Colorado, en las que el hechicero hacia uso del fruto del cebil como droga narcotizante; el cebil pulverizado era tomado por la nariz y la arqueología encontró tabletas de piedra que se utilizaban para molerlo y ofrecerlo.
Los muertos eran enterrados en posición acurrucada, tal vez envueltos en un cuero; se hallaron recipientes de barro que pudieron haber contenido restos de párvulos; pero no hay pruebas de que los comechingones enterrasen a sus niños en urnas como hacían los diaguitas; en cambio lo harían en pequeñas cámaras sepulcrales, como las de Rumipal y Unquillo.
Al llegar 1a primera menstruación en las muchachas, al morir una criatura y en otras ocasiones se realizaban ceremonias que terminaban en escenas de embriaguez. Esas ceremonias parecen tener similitud con otras de los huarpes.
En las cuevas se hallaron pictografías y en los paradores estatuillas de barro de un admirable naturalismo.


Vestían faldellín o delantal largo, Camiseta y manta por lo general de lana de camélidos indígenas que criaban en cantidad. Hilaban la lana de los camélidos; lo atestiguan numerosos morteros hallados en la región; mucho de ellos, de barro, muestran dibujos incisos; Con el hilo tejían las mantas. El tejido se hacía con malla menuda, muchas labores en las aberturas, ruedos y bocamangas, las numerosas estatuillas de barro que se hallaron indicarían que se trataba de adornos para la indumentaria; entre los adornos figuraban varillas de metal que equivalían a plumas y que se ponían en el tocado; el más simple de los adornos era una especie de vincha.
Trabajaban la piedra y confeccionaban hachas, puntas de flecha, raspadores; las puntas líticas son casi triangulares, sin pedúnculo; hachas de piedra con o sin garganta. También utilizaban el hueso para puñales y cuchillos, husos, puntas de flecha alargadas y de gran tamaño hacían collares o chaquiras con conchillas para ornamentos de los vestidos. La cerámica no tuvo gran desarrollo y era muy primitiva. La mayor parte de la encontrada hasta ahora es lisa; cuando existe la decoración es simple, incisa, geométrica; la Cerámica pintada en el área de los comechingones seguramente de procedencia extraña. En la forma de los vasos predomina la subglobular, de asiento plano cuello cilíndrico; lo que varia es el tamaño; las huellas de cestos y redes son visibles en la alfarería de lo que indica se practicaba la Cestería y la confección de redes.Como armas usaban el arco y la flecha y las medias picas; también las boleadoras y las lanzas de punta elíptica.
Con la fundación de Córdoba en 1573 comenzó la hispanización de los comechingones; en las encomiendas no se tuvo presente la calidad étnica ni el origen de los indios; se encomendaba juntos a comechingones y a sanavirones, de lengua, cultura y origen distintos, y se les agregaba indios de otras procedencias: huarpes olongastas puntanos y riojanos, encomendados frecuentemente en vecinos de Córdoba, sobre todo antes de que se fundase La Rioja, en 1591, y San Luis, en 1594.
Los misioneros no se preocuparon de estudiar la lengua de los indios cordobeses y en cambio trataron de imponerles el quichua, como a los tonocotés de Santiago del Estero, lengua que ellos y muchos conquistadores conocían; esos esfuerzos, según documentos de los siglos XVI y XVII, tuvieron algunos resultados, pero con la pérdida del idioma propio se produjo también la extinción o dilucion de los comechingones en la masa mestizada de la antigua gobernación del Tucumán.

GUARANIES

Los guaraníes son un grupo de pueblos sudamericanos, cuyos habitantes viven en el noreste de Argentina (Corrientes, Misiones, Formosa y parte de la provincia de Chaco), suroeste de Brasil (RS, SC), Paraguay, sureste de Bolivia y parte de Uruguay. Su autodenominación étnica es avá, que significa "hombre". Fueron llamados por los españoles carios, chandules, chandrís y landules. Son un pueblo nativo suamericano, originario de la región amazónica, que se estableció en distintas regiones del continente, especialmente en el Paraguay y en Brasil.

Organización política

Vivían en aldeas, en los claros que formaba naturalmente la selva, y constituían una verdadera unidad tribal, al estar formada por entidades económicas autosuficientes e independientes unas de otras.
Las viviendas estaban dispuestas en torno a una plaza grande de forma cuadrangular, donde se desenvolvía una gran actividad cotidiana esencialmente de índole social. Eran casas grandes comunales llamadas maloca
individualmente y en conjunto taba. Además podían albergar a todos los miembros de una familia (o tevy) extendida: padres, abuelos, tíos, primos, nietos, cuñados, yernos y nueras.
Esto representaba la unidad social mayor.
Cada familia vivía en una casa comunal de hasta 60 m
de largo y de 8 a 10 m de ancho sin divisoria, donde habitaban entre 60 y 120 personas presidida por un jefe quien ocupaba la parte del centro. A su vez la aldea estaba dirigida por un jefe político llamado mburuvichá, y un jefe religioso llamado payé. Su organización social estaba encabezada por un cacique (tuvichá) cuyo liderazgo era hereditario.
Una de las funciones del cacique era de administrar el trabajo comunitario y de distribuir equitativamente los bienes del consumo. Existía una división del trabajo por genero. La preparación de la
cerámica era, por ejemplo, una tarea exclusiva de las mujeres, como la de plantar e hilar los lienzos. El varón era básicamente pescador, cazador-recolector y guerrero.
El concepto de la propiedad privada
de los bienes no existía en la sociedad guaraní. Todo lo que se cosechaba en los cultivos hortícolas, el producto de la caza y la pesca, los frutos recolectados, eran distribuidos solidariamente entre todos los miembros del tevy (parentesco, linaje). Solamente algunos pocos bienes podían ser considerados como personales, tal el caso de las armas, las hamacas, algunos utensilios de cerámica. La tierra era considerada como un bien del que se podía disponer pero sobre el cual nadie podía pretender derechos de propiedad exclusiva. Eran comunitarios la tierra cultivable, las fuentes de abastecimiento de agua, el monte y la selva, con todos sus recursos aprovechables


Organización económica

Eran diestros navegantes de canoas, conocedores cazadores de la selva, recolectores, pescadores y practicaban la agricultura. Las familias poseían un lote exclusivo en las plantaciones comunitarias y a su vez cada esposa tenía un huerto personal. Trabajaban en grupo y los parientes se ayudaban unos a otros. Cultivaban en pequeñas huertas, estando entre los cultivos más importantes la mandioca (mandi'ó), mandioca dulce (poropí), la batata (jetý), la calabaza (andaí), el zapallo (kurapepê), el maíz (avatí), el poroto (kumandá), el maní (mandubí) y el algodón (mandyju).
Otros productos eran obtenidos directamente del monte o selva, tal el caso de las hierbas medicinales, frutos como la guayaba
(arasá), el ananá (pakova) y la yerba mate (ka'á), que usaban para preparar la bebida que aún hoy se sigue tomando, que elaboraban con el mismo proceso que hoy se emplea en la industria moderna.
Para plantar previamente quemaban el monte produciendo el rozado, en el que mujeres y niños sembraban bajo supervisión de los ancianos.
Los hombres se dedicaban a la caza y la pesca utilizando como armas arcos
y flechas, pequeñas hachas, mazas, y algunos grupos llegaron a emplear lanzas.

Organización religiosa
Desde el mismo momento de la conquista hispánica, llamó la atención de los conquistadores y colonizadores el hecho de que los guaraníes no poseyeran templos, ni ídolos o imágenes para venerar, ni grandes centros ceremoniales.
No dudaron en concluir que se trataba de un pueblo sin ningún tipo de creencias religiosas
. La verdad era otra, la religiosidad existía y era profundamente espiritual, a tal punto de no necesitar de templos ni de ídolos tallados.
Ñanderuguasú (nuestro padre grande) o Ñamandú (el primero, el origen y principio) o Ñandejará (nuestro dueño) eran los nombres que hacían referencia a una divinidad que era concebida como invisible, eterna, omnipresente y omnipotente. Una entidad espiritual concreta y viviente que podía relacionarse con los hombres, por ejemplo bajo la forma perceptible de Tupâ, el trueno. Se manifestaba en la plenitud de la naturaleza y del cosmos, pero nunca en una imagen material. Ñamandú no era el dios exclusivo de los guaraníes, era el dios padre de todos los hombres.
Frente a Ñamandú, el padre bondadoso, el dador de vida y sustento del equilibrio del orden universal, estaba la otra dimensión de la realidad espiritual, el mal, expresado en el concepto de
Añá. Esta fuerza maléfica era la generadora de la muerte , la enfermedad, la escasez de alimentos y las catástrofes naturales.
Fundamentaron el origen y la existencia de los dioses, los hombres y la naturaleza, mediante mitos. Creen en la continuidad de la vida después de la muerte. Por eso a sus muertos le proveen todo lo necesario para que pueda realizar sin carencias, el largo y peligroso viaje a la tierra sin males.
La Tierra sin Mal no constituía un
mito para los guaraníes. Era un lugar real, concreto, que se ubicaba imprecisamente hacia el este, más allá del Gran Mar (océano Atlántico). Esta creencia en la Tierra sin Mal generaba periódicamente grandes migraciones en su búsqueda, inspiradas por el mesianismo de algunos chamanes .
Creen con firmeza que son muchos los peligros que acechan al viajero. Los niños gozan de protección divina quedando exceptuados de todo peligro.
El alma proviene del paraíso de
Tupá Rueté, dios de la lluvia. Al morir, el espíritu del muerto vuelve a su lugar de origen.
Los entierros
se realizan en un pozo, o en urnas de barro y el túmulo en la misma casa del muerto. Quien además, lleva consigo armas, ropas y trofeos.
La costumbre obliga a una práctica rígida de culto permanente a los antepasados, manteniendo una relación estrecha y continua entre la comunidad de los vivos y los muertos
que se traducen en ayuda recíproca. Estas relaciones implican prácticamente derechos y obligaciones recíprocas: Por ejemplo los muertos proveen de alimentos a sus deudos, les envían lluvia que favorece las plantaciones, velan constantemente por su bienestar. Los deudos, a su vez, deben tributarles ofrendas; además celebran en honor a los muertos una gran fiesta cada año. Los espíritus se mantienen vivos en el corazón de la comunidad.

La práctica espiritual

Se cree que el chamán o pajé posee poderes sobrenaturales y desempeña una función directriz, la de conductor de su pueblo en todos los actos comunitarios.
El chamán, mediante su gran poder, entra en comunicación con los espíritus buenos y con los malignos, defendiendo a su comunidad contra estos últimos. Él intermedia entre el hombre y dios, además de ser adivino, hechicero, médico, sabio, profeta, jefe espiritual, director de las danzas y ceremonias de la comunidad.
A diferencia del cacique, cuyo poder era temporal, el payé se imponía al grupo por sí mismo.
El consumo de hierbas
y hongos de propiedades alucinógenas es utilizado por el pajé (vos guaraní se lee paye) y genera una atmósfera que arrastra a los integrantes de la comunidad a vivir experiencias semejantes a los de tipo místico. El ser guerrero, condición vital
El pueblo guaraní poseyó desde un inicio, un carácter intrusivo en la región platense
. Su entrada fue violenta y determinó una existencia constantemente ofensiva y defensiva respecto a las poblaciones aborígenes no guaraníes que habitaban la región.
Los ataques se realizaban en forma masiva. Previo al ataque, se hacia caer sobre las fuerzas adversarias una lluvia de flechas y piedras. Luego venía la embestida directa con lanzas, macanas o garrotes.

Idioma

Los idiomas hablados por estos pueblos (guaraní) pertenecen a la familia tupí-guaraní. El guaraní paraguayo es lengua oficial en el Paraguay, y el guaraní correntino es co-oficial junto con el castellano en la provincia de Corrientes en Argentina.
La mezcla del idioma [guaraní] con el castellano es conocido en Paraguay como una tercera lengua guaraní
jopara y (jehe‘a).

La llegada de los jesuitas
En el siglo XV la sociedad guaraní pasó por un período de cambio. Comenzaron a aparecer instituciones unificadoras que probablemente, en el largo plazo, hubieran llevado al surgimiento de un Estado. Los karaí, profetas que eran aceptados en todas las tekuas (aldeas) que se enfrentaban entre sí en un permanente ciclo de búsqueda de poder para la obtención del aguyé, son un ejemplo de estas fuerzas unificadoras. Estos karaís recorrían las aldeas predicando el mensaje del advenimiento de importantes cambios; y no estaban adscritos a ninguna tekua en particular sino que eran panguaraníes, por así decirlo.
Cien años después, con la invasión europea en la zona, llegaron los jesuitas, que, en cierto sentido, vinieron a competir directamente con los karaí. Aunque extranjeros, traían un mensaje unificador y, sobre todo, ofrecían algo muy importante: los guaraníes que aceptasen su convivencia pasarían automáticamente a estar cubiertos por las leyes del rey de España.
La expansión del frente hispano-portugués y la amenaza real que esto llevaba aparejado llevó a un debate interno entre los partidarios de la alianza con los jesuitas para así obtener la protección de la corona y los que preferían el enfrentamiento.
En todo caso, la política guaraní obedecía a su propia lógica y en esa lógica los jesuitas fueron vistos como la pieza clave para obtener la protección del marco jurídico que la corona otorgaba.
La alianza generalizada de los dirigentes políticos guaraníes con la orden jesuita obedeció a una estrategia global, debatida y consensuada por esos dirigentes, fruto de no pocos enfrentamientos internos, para frenar o al menos limitar el avance de la agresión de hacendados españoles y bandeirantes portugueses. (existen numerosas fuentes documentales de testigos que presenciaron estos debates de líderes políticos guaraníes).
Los jesuitas fueron utilizados por los guaraníes para mantener su idea de la política. El modelo político guaraní ya tenía un lugar reservado para ser ocupado por los jesuitas (el antiguo Karaí Pan guaraní, no en vano a los padres jesuitas también les llamaron así: karaís, incluso actualmente en guaraní correntino existe la palabra karaí). Por ello se explica la rápida consecución de la alianza y el florecimiento de las misiones. Las reducciones no eran más que tekuas o aldeas tradicionales que habían obtenido la protección de la corona, ingresando así no solo en el corpus legal sino también en una serie de intercambios económicos y culturales que se mantuvieron durante doscientos años.
Los partidarios de la guerra se opusieron a esta alianza y permanecieron indómitos, en tekuas tradicionales (sin iglesias de piedra), advirtiendo una y otra a vez a los guaraníes "cristianos" que ese no era el camino. De hecho, cuando la orden jesuita perdió la amistad del rey y fue expulsada, las reducciones fueron arrasadas.
Los guaraníes reducidos, los que habían apostado a la alianza con los jesuitas al haber sido educados y haber convivido mas de 150 años con los sacerdotes de la compañia de jesus (que tenian un nivel cultural muy alto) ya no eran los Aborigenes que todos imaginamos con taparrabos y hablando solo su lengua sino que habian sido intruidos para hablar latin, pintar, cuadros hacer obras esculturisticas etc. lo que hoy se llama barroco-guarani por lo que es importante desechar la teoria de que volvieron a la selva por que ya ni ellos ni sus padres o abuelos habian vivido en la selva, y la mayoria lo que hicieron fue prestar servicios en las grandes estancias que se estaban constituyendo en las provincias de Santa fe, Buenos Aires ya que ellos tenian conocimientos del trabajo rural. El escenario hacia principios del siglo XIX era otro muy distinto y los diversos grupos se aislaron entre sí.
Cabe destacar, sin embargo, que esta situación llevo a profundizar en aspectos prácticos de la religión o pensamiento filosófico guaraní, como la obtención del estado de perfección o aguye por una nueva vía, no caníbal. Es notable la evolución del pensamiento guaraní con respecto a la obtención de energía por la vía caníbal. Es probable que la experiencia jesuita haya influido en ello, no sólo porque aquéllos se negaban a aceptar la vía caníbal como parte de la religión, sino también por la profunda crisis que la desaparición de la experiencia jesuita tuvo en las tekuas involucradas.
Problemas que enfrentan actualmente
Actualmente las comunidades de guaraníes de la provincia de Misiones están pasando por graves problemas que podrían llevar a la desaparición del pueblo. Las principales causas son la falta de tierras, la desnutrición, la tuberculosis y la falta de ayuda por parte del gobierno provincial y federal. Son alrededor de siete mil los guaraníes, agrupados en 76 aldeas.
El factor principal de la crisis es la falta de territorios, ya que esta tribu utiliza los recursos naturales en amplias extensiones de tierra, desplazándose en grandes distancias para cazar, pescar, recolectar frutos del monte. La presión demográfica sumada a la explotación forestal irracional hizo que las comunidades vean reducido su espacio vital.
Además existe una emergencia alimentaria y sanitaria, con picos muy graves en algunas comunidades, con niños con alto índice de desnutrición y enfermedades asociadas como la tuberculosis.
En 2.004
, 38 de las 76 aldeas que existen en la provincia marcharon a la Plaza 9 de Julio, frente a la Casa de Gobierno provincial, en la ciudad de Posadas haciendo oír sus reclamos en busca de una mejora y ayuda por parte del gobierno.
Nota. El idioma guaraní normalizado se escribe en la actualidad sin diacríticos
, sin embargo en esta enciclopedia se prefiere el uso de los mismos para una mayor exactitud de la pronunciación por parte de los hispanohablantes, en efecto; excepto la parcialidad mixogénica vulgarmente llamada de los chiriguanos, las palabras guaraníes son casi siempre agudas y poseen stops glotales. Por otra parte las letras españolas c y q suelen ser substituidas por la k y la y e incluso la ll por la j así como la z [ds] por la s aunque sus valores fonéticos sean similares. En cuanto a la muy frecuente y final (usada en las transliteraciones al español), fonéticamente en sus orígenes correspondió al signo de una y con una vírgula o una tilde superior (Ý/ý//ÿ) para dar a entender que la pronunciación era particularmente acentuada y oclusiva.












CENSO NACIONAL DE ABORIGENES

Encuesta de Pueblos Indígenas 2004-2005


En Argentina, actualmente según la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) 2004-2005 basada en el Censo Nacional de Población 2001 del INDEC existen 600.329 personas —alrededor del 1,6% de la población total— pertenecientes o descendientes de la primera generación de algún pueblo indígena, según resultados definitivos. Además, el organismo sostiene que, según los resultados, un 2,8% de los hogares argentinos tiene al menos un integrante que se reconoce perteneciente a un pueblo indígena.
Población indígena por pueblo de pertenencia

Poblacion

Atacama 3.044
Ava guaraní 21.807
Aymara 4.104
Chané 4.376
Charrúa 4.511
Chorote 2.613
Chulupí 553
Comechingón 10.863
Diaguita/diaguita calchaquí 31.753
Guaraní 22.059
Huarpe 14.633
Kolla 70.505
Lule 854
Mapuche 13.680
Mbyá guaraní 8.223
Mocoví 15.837
Omaguaca 1.553
Ona 696
Pampa 1.585
Pilagá 4.465
Quechua 6.739
Querandí 736
Rankulche 10.149
Sanavirón 563
Tapiete 524
Tehuelche 10.590
Toba 69.452
Tonocoté 4.779
Tupí guaraní 16.365
Wichí 40.036
Otros pueblos declarados (*) 3.864
Pueblo no especificado (**) 92.876
Sin respuesta 9.371



(*) Incluye, entre otros, los casos registrados con las siguientes denominaciones: abaucán, abipón, ansilta, chaná, inca, maimará, minuán, ocloya, olongasta, pituil, pular, shagan, tape, tilcara, tilián y vilela. No se brindan datos por separado para cada denominación debido a que la escasa cantidad de casos muestrales no permite dar una estimación de cada total con la suficiente precisión.
(**) Incluye los casos en que la respuesta relativa al pueblo indígena de pertenencia y/o ascendencia en primera generación fue "ignorado" u "otro pueblo indígena". Fuente: INDEC. Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) 2004-2005 - Complementaria del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001

SITUACION GEOGRAFICA


DIAGUITAS


Diaguita es la denominación quechua con etimología aymara,divulgada luego por los españoles, de un conjunto de pueblos independientes con un idioma común, el cacán; ellos se autodenominaban pazioca o paccioca y Eric Boman consideraba que los que vivían al oeste de los Andes eran llamados chili


Ubicación


Habitaban los cerros y valles del noroeste de Argentina -
(NOA), en las provincias de Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, norte de San Juan, extremo noroeste de Córdoba ( Argentina) y el Norte Chico de Chile, en los valles transversales de las regiones de Atacama y Coquimbo teniendo al oeste de los Andes como límite aproximado el río Chiapa. Aún se conservan restos de sus ingeniosas construcciones llamadas por los quechuas púkara (mejor que pucará) como la Ciudadela de los Quilmes, en Tucumán, Tolombón, Chiconana, Tilcara , Atapsi y Fuerte Quemado en Salta, etc.


Historia


Cuando comenzó la conquista española, 1561
, formaron un gran ejército al mando de Juan Calchaquí logrando rechazar a los invasores hasta Santigo del Estero . Pero en 1.665 los conquistadores, que habían fundado varias ciudades a modo de cerco (la fundación de la ciudad de Jujuy cerró tal cerco por el Norte), lograron vencerlos. Para evitar rebeliones, los españoles dividieron y desarraigaron a los diaguitas. Por ejemplo la mayor parte de los integrantes de la parcialidad de los Quilmes , fueron obligados a caminar desde Tucumán hasta Buenos Aires, más precisamente hasta la localidad que hoy lleva su nombre.
Así, prácticamente todos los diaguitas que resistieron a la invasión española fueron desarraigados o deportados al concluir la Guerra Diaguita (o Guerra Calchaquí), algunas parcialidades fueron tratadas con algo más de indulgencia al no haber participado en tal conflicto, tal es el caso de los Amaicha, los cuales pudieron así permanecer en sus territorios ancestrales (en el sector de Valles Calchaquíes correspondiente a la provincia de Tucumán).
Algunos diaguitas procedentes de los
Valles Calchaquíes, lograron encontrar refugio en el Chaco Austral haciendo alianza con etnias pampidochaqueñas como las de los abipones y emokovit o mocovíes, esto explica en parte dos cuestiones: los grandes alzamientos chaqueños inmediatos al fin de las Guerras Calchaquíes, uno de tales alzamientos significó la destrucción de la ciudad española de Concepción de Buena Esperanza -ubicada a orillas del antiguo cruce del río Bermejo, en territorio de la actual provincia argentina del Chaco ; la otra cuestión que se explica al saber de tal éxodo desde los Valles Calchaquíes hasta casi las orillas del río Paraná Medio, es la existencia de topónimos que les recuerdan, por ejemplo el de la localidad de Calchaquíes en el centro norte de la provincia de Santa Fe. En todos estos casos debe recordarse que el grupo de diaguitas que se autodenominó "calchaquí" lo hizo en homenaje a su principal líder, el mencionado jefe Juan Calchaquí (Kalchakí).

Sociedad


Las comunidades eran gobernadas por un jefe político y militar. Pero para heredar el cargo, no bastaba con ser el hijo del jefe: el heredero debía demostrar que tenía condiciones para mandar, de este modo a la llegada de los españoles, el territorio diaguita se encontraba dividido en jefaturas y señoríos. El jefe era polígamo, pero el resto de la población era monogámica. No había clase sacerdotal, como sí la había entre los quechuas o aztecas.
Pero cada pueblo tenía un sacerdote "chamánico" que se encargaba de los ritos, las ceremonias religiosas y la salud de la pobAgricultura y ganadería
El jefe repartía las tierras y organizaba la construcción y el cuidado de las terrazas de cultivo en las laderas de las montañas. Se trabajaba la tierra en común y se guardaba parte de la cosecha en los depósitos comunales. Cultivaban zapallo, quinua, kiiwicha
,porotos, ajíes, papa ("patata") y maíz y recolectaban frutos silvestres, como los del algarrobo, chañar, y copao, además de algodón
para elaborar los trajes. Con el "taco" u algarrobo criollo, los diaguitas cubrían varias de sus necesidades básicas. Usaban la madera como leña o para la fabricación de enseres; de la corteza y de la raíz obtenían tinta para teñir lanas y telas, y de sus frutos hacían harina para cocinar un pan llamado patay. También preparaban la bebida aloja, parecida a la cerveza o la refrescante añapa.
Para asegurar el riego de sus cultivos elaboraron una serie de canales de regadío. La papa
y la quínoa (otra planta nativa) eran sembradas en las zonas más altas (en terrazas y andenes de cultivo)
También criaban llamas
y alpacas, sobre todo en las zonas altas y frías. La mayor parte del año se dedicaban a la ganadería, pastoreo de camélidos, de los cuales obtenían carne (la cual era secada al sol para obtener charqui), lana y huesos que usaban en la confección de herramientas, también eran usados para el transporte de carga. El pastoreo era realizado casi todo el año en las orillas del valle y en verano, al retirarse las nieves, solían ocupar los pastizales cordilleranos.
El mar proveía de una buena parte de la dieta habitual de los diaguita de Chile, mariscos, peces y mamíferos marinos formaban parte de la alimentación habitual. Desarrollaron balsas de cuero de lobo marino
para incursionar mar adentro y poder cazar peces mayores e incluso ballenas
Actualmente la zona donde ellos habitaban es casi un desierto
. Los estudios de Ana María Lorandi, sobre los paziocase,entre otros revelan que los actualmente muy áridos cuando no, directamente desérticos, territorios que poblaron los paziocas eran, hasta casi el 1.600, zonas fértiles en gran parte pobladas por bosques de "algarrobo" (Prosopis nigra), la desertización fue consecuencia inmediata de la invasión española: en primer lugar los españoles talaron o incendiaron las tierras para derrotar mediante el hambre a los paziocas, una vez derrotados estos pueblos originarios, los conquistadores introdujeron masivamente caprinos y ovinos que llevados a una práctica de sobrepastoreo en el transcurso de dos siglos transformaron los vergeles en eriales.

Alfarería


Los diaguitas eran diestros alfareros. Cada familia fabricaba sus ollas, cántaros y vasijas. Además, había artesanos especializados que realizaban, por ejemplo, las urnas funerarias, donde los diaguitas enterraban a sus muertos. Algunas de estas urnas decoradas, se han conservado y son expuestas en museos, en la zona actualmente chilena su cerámica recibió influjos culturales procedentes de culturas que habitaron el actual litoral al norte de la región, por este motivo su cerámica suele tener formas antropomorfas y zoomorfas ("ánforas-pato" etc.).
El museo franciscano "Inca-Huasi" de la provincia de La Rioja (República Argentina), guarda piezas excepcionales de cerámica diaguita. Fue construido por fray Bernardino Gómez en 1926, y es uno de los más importantes de Latinoamérica en su especialidad.-

Lengua


Ellos Hablaban el KAKAN.
El kakán era la lengua del pueblo Diaguita que provenientes del norte de Argentina poblaron los fértiles Valles Transversales de Chile. Los estudios de Rodolfo Schüller sostienen que en ambas vertientes se habló esta lengua hoy totalmente extinguida. Actualmente sólo se conservan algunas palabras kakán en apellidos, toponimia local (nombres de lugares), tales como:lación


Espiritualidad y Cementerios


Tallaban menhires (monumentos monolíticos colocados en forma vertical) para rendir culto a sus antepasados, los menhieres
del noroeste argentino, como otras construcciones similares son itifálicos y se asociaban con cultos estacionales de la fertilidad, estos monumentos ya eran erigidos por la precedente Cultura Tafí.
Los diaguitas, mostraban una preocupación en sus entierros por una vida post-muerte en la cual el llama tiene un papel primordial. Con la llegada de los Incas se trajo la tradición de hacer altares en los cerros más altos del valle, como es el caso del cerro Las Tórtolas (6.332 msnm
)
Los entierros diaguitas son la mayor fuente de información sobre esta cultura. Los cuerpos eran colocados en espacios rectangulares protegidos por 5 piedras lajas en cada costado y en la parte superior. Es habitual encontrar a los cuerpos acompañados de llamas o guanacos
sacrificados, sus pertenencias, utensilios de cerámicas, metal o hueso, y en casos especiales eran enterrados con sus esposas y con parte de los dedos de otras personas. La deformación craneal era una práctica extendida dentro de la etnia, pero no provocó efectos tan negativos.
Los cuerpos eran colocados flectados, acostados de forma lateral y en orientación este-oeste, la cabeza estaba en la posición oriental del sepulcro






WICHIS


Wichí (o también wichi) y en Bolivia weenhayek, son los nombres que reciben los integrantes de una etnia indígena del Chaco Central y del Chaco Austral, en el centro de Sudamérica. Los quechuas les dieron el nombre peyorativo de matacos , nombre con el cual han sido vulgarmente llamados hasta fines del siglo XX (mataco es el nombre de una especie de armadillo , común en la región).



Distribución geográfica

Hacia el siglo XVI los wichí habitaban las zonas occidentales del Chaco Central y Austral, principalmente la margen izquierda del Bermejo entre los 21º S y los 22º 55' S. Tiempo después, presionados por la invasión de los avá-guaraníes (o chiriguanos) y su propio crecimiento demográfico se desplazaron hacia el norte del Bermejo y hacia el sureste de la región chaqueña.
Su antigua proximidad con el límite de las etnias ándidas
les aportó rasgos culturales característicos, como la monogamia, la posesión de territorios por parte de familias (grupos restringidos de parentesco) y una incipiente agricultura con acumulación de excedentes que favoreció relativo sedentarismo.
Hacia inicios de 2.005
los wichís habitan principalmente en el este del Departamento de Tarija, en Bolivia y en el Chaco Slateño (en el noreste de la provincia argentina de Salta). Existen además asentamientos en el oeste de las provincias argentinas de Formosa, Chaco y en el extremo noroeste de Santiago del Estero y es posible que haya algunos en el extremo sudoeste del Chaco Boreal en el Paraguay, pero no fueron registrados por los últimos censos

Sociedad
Ya en el siglo XVI habían adoptado un sedentarismo casi completo, poseyendo paraderos y asentamientos en las orillas de los ríos. Formaban comunidades relacionadas por parentesco; cada una de éstas estaba administrada por un jefe anciano y un consejo comunitario de varones que gobernaba cada aldea (huef o huet). Varias comunidades o grupos parentales formaban parcialidades. Sus viviendas eran chozas (huep) construidas con ramas, teniendo forma de cúpula de 2 a 3 m de diámetro en cada una de las cuales convivían los integrantes de una familia.
Cultura
La cultura wichí es una de las culturas del Gran Chaco, con características similares a la de las demás etnias de pueblos originarios por su relación con la naturaleza: el contacto permanente con el monte, el río, los pájaros.
En la etapa de subsistencia del pueblo wichí, los sonidos y cantos de la naturaleza tuvieron un lugar muy destacado en las luchas y en las conquistas. Los cantos y las danzas eran protagonizados por los chamanes y algunas personas con capacidades muy especiales para proteger a los humanos de seres extraños. Vivíamos así en armonía con la naturaleza como parte de la misma creación. Para nuestra cultura, los sonidos y todo lo que hace ruido está relacionado con la vida. Por eso tienen mucha importancia para la subsistencia de las familias. La pesca, la marisca, la recolección de frutos del monte y las actividades hechas por las manos de las mujeres wichí son actividades que se acompañan por cantos y por sonidos de la naturaleza para alentar o comunicar buenos o malos mensajes. Estas actividades están protegidas según normas establecidas por los integrantes de la comunidad.
El canto, que expresa tristeza, alegría o búsqueda, pertenece a cada clan familiar y es con el mismo que el clan se identifica. Se escuchan a veces cantos de pájaros imitados por personas para atraer y elegir la presa. Se oyen mujeres y varones que entonan melodías cuando un ser querido está enfermo o para conservar en la memoria a personas que fueron importantes por las actividades en las que tuvieron participación. Todo esto es parte de la cultura wichí de la zona, y como toda cultura aborigen, tiene además el recurso de la lengua oral, una riqueza cultural que muchas veces no se refleja en la expresión escrita por ser una lengua ágrafa desde hace muchos siglos. Sin embargo, somos un pueblo con capacidad de transmitir, de generación en generación, lo propio de nuestra cultura.
En este sentido, las capacidades de expresión artística constituyen un recurso estratégico para fortalecer y avanzar en la defensa de la identidad de cada wichí y de la pertenencia al clan familiar.


Alimentación

Su agricultura antes del siglo XX apenas superaba el estadio de la horticultura, ya que pese al influjo ándido indicado mantenían (y aún hoy practican) el modo de producción cazador-recolector. Su sustento principal era la caza, la pesca y la recolección. Es así que mientras las mujeres se dedicaban al cultivo de pequeños zapallos, todos en cuanto les fuera posible se dedicaban a la recolección estacional de cocos de palmera (pindó, yatay y caranday), algarroba, porotos, cimarrones, tuna, tasi y miel.
Los ciclos de obtención de recursos alimentarios significaron que organizaran su calendario
de un modo circular: el inicio de año (okä nek' chum) se celebraba ritualmente en el tiempo que corresponde al mes de agosto, desde ese inicio de año sucedía la estación llamada nawup ("luna de las flores"), luego le seguía desde noviembre la yachup ("luna de las algarrobas"), tras ésta a fines del verano austral venía la estación lup ("luna de las cosechas"), siguiéndole la fwiyeti(up) ("luna de las heladas").
Como entre muchos otros pueblos cuyo modo de producción ha sido hasta hace poco principalmente el cazador-recolector la situación ecológica de interdependencia con los animales es tal que los wichí suelen darle el calificativo de "hermanos" a los animales.
Sus utensilios y artefactos eran principalmente de madera (por ejemplo los "palos de labranza" que mantenían alguna semejanza con las llakta de los pueblos ándidos), aunque realizaban obras de cestería
, cerámica, piedra pulida y textiles como las yika o bolsas de caraguatá (Bromelia hieronymi) también conocida como chaguar) muy usado para confeccionar sus elegantes morrales y bolsos llamados yiska.

Situación actual
Los Wichí son la etnia mas importante del chaco salteño. Aunque no hay datos confiables, se estima que hay unos 80.000 Wichí en la Argentina, de los cuales 15.000 habitarían la provincia de Salta. También viven en el Chaco y Formosa.










TOBAS



Los tobas (del guaraní, tová: rostro, cara, frente) son una etnia del grupo pámpido que habita en el Gran Chaco. Hacia el siglo XVI habitaba gran parte del Chaco Central y del Chaco Austral.


Historia
A la llegada de los españoles en el siglo XVI
, habitaban principalmente las regiones del Chaco actualmente salteño y tarijeño y desde allí se extendían (imbrincándose con otras etnias) a lo largo del río Bermejo y en menor medida del río Pilcomayo. El mayor crecimiento demográfico de los wichí hizo que estos ejercieran mayor presión demográfica para obligarles a un desplazamiento hacia el este, territorios en los que hoy mayoritariamente habitan.
Hasta el siglo XIX
eran un pueblo predominantemente cazador-recolector seminómade que marchaba en pos de sus recursos alimentarios y existía entre ellos una fuerte división sexual del trabajo: los varones desde muy temprana edad se dedicaban a la caza y a la pesca y las mujeres a la recolección y a una incipiente agricultura hortícola en gran medida influida por aportes ándidos y amazónicos. De este modo, en pequeñas parcelas cultivaban nachitek (zapallo), oltañi (maíz), avagha (porotos), batatas, mandioca, etc. Sin embargo tales cultivos eran sólo complementarios para su dieta y no llegaban a tener excedentes como para la acumulación de alimentos de origen agrícola. Existe una explicación ecológica para este aparente atraso: el clima y la edafología de su territorio no permitían suficientes rindes para sus producciones agrícolas, mientras que el territorio chaqueño en estado salvaje les resultaba una gran fuente de recursos alimenticios, en especial de proteínas de primera calidad. Los qom cazaban principalmente tapires, pecaríes, ciervos, guanacos y gran cantidad de aves. Como complemento solían recolectar miel y gran cantidad de frutos, bayas y raíces silvestres.
La presencia de los españoles significó una gran revolución para ellos: por una parte se encontraron con un nuevo y poderoso enemigo, por el otro los españoles involuntariamente hicieron un gran aporte a su cultura: en el siglo XVII
los tobas comenzaron a utilizar el caballo y pronto devinieron en un poderoso complejo encuestre en el centro y sur del Gran Chaco Gualamba. Se volvieron hábiles jinetes pese a que su territorio estaba en gran parte cubierto de bosques y selvas (al andar a caballo bajo los árboles solían llevar sobre sus cabezas un cuero hábilmente sujetado a su cuerpo, para prevenirse de las espinas de los árboles y de los ataques de los pumas y yaguares que sorpresivamente les podían saltar desde las ramas).
Con la adopción de la equitación pudieron extender sus correrías, transformándose en la etnia dominante del Chaco Central
(aprovechaban los plenilunios para cruzar con sus caballos el río Paraguay y asaltar las poblaciones cercanas a la orilla izquierda de dicho río, actualmente en la nación homónima). También el dominio del caballo les permitió avanzar hacia el Chaco Austral e incluso realizar incursiones relámpago en las zonas correspondientes al noroeste de la región pampeana. Desde sus caballos, armados con arco y flecha cazaban no sólo animales autóctonos sino el ganado vacuno de origen europeo.
Los tobas resultaron ser una de las etnias que mayor resistencia opusieron al intento de transculturación y usurpación del hombre blanco en la región chaqueña, llegando en 1858
a amenazar la ciudad deSanta Fe, pero desde 1880 no pudieron afrontar las campañas del Ejército Argentino que les arrinconó en el Chaco Impenetrable.
En 1919
la última resistencia bélica de los qom fue abatida en Napalpí, en la provincia del Chaco, en donde 200 de ellos fueron masacrados en el hecho conocido como Masacre de Napalpí. Muchos fueron obligados a trabajar en las plantaciones de algodón o como hacheros en los obrajes.

Religión
Por su sistema de creencias se les ha calificado de animistas y chamanistas
s; poseían un culto a los seres de la naturaleza y la creencia en una divinidad máxima. Desde el siglo XX se mantienen aún por transmisión oral resistente, este sistema religioso aunque muchos han adoptado a su modo el cristienismo, en particular el llamado pentecostal ya que sus chamanes en muchos casos se convirtieron en pastores protestantes. En todo caso aún hoy gran parte de la población qom acude a sus chamanes o pio'oxonak que son terapeutas o sanadores.
Antes de su aceptación del cristianismo
era frecuente entre ellos el infanticidio de los recién nacidos, costumbre que se debía a la escasez de recursos alimentarios que solían sufrir. Por contrapartida, los hijos que sobrevivían eran tratados con especial dedicación y afecto.

Situación actual
El censo del
INDEC de inicios de 2001 daba una cifra de 60.000 argentinos que se consideraban integrantes de la etnia qom, en su mayoría habitando la provincia del Chaco. Como otras etnias originarias argentinas, los tobas se están acriollando. Los que se mantienen en sus territorios ancestrales viven generalmente constituyendo comunidades rurales regidas por comisiones vecinales, asociaciones comunitarias o con líderes (mal llamados caciques) elegidos democráticamente por la comunidad.
Cultivan pequeñas parcelas o son peones temporarios para faenas rurales (hacheros, cosechadores de algodón, etc.); otra forma en que obtienen recursos es en la elaboración de interesantes artesanías de cerámica,
guayacán o fibras textiles (como la ya mencionada caraguatá). Sin embargo muchos de ellos, desde la segunda mitad del siglo XX se han visto forzados (dado que su alta natalidad implica que les sean escasos los recursos de los territorios rurales en los que subsisten) a migrar a las ciudades (Roque Sáenz Peña, Resistencia, Gran Santa Fe, Gran Rosario y Gran Buenos Aires). En tales núcleos urbanos, casi en su totalidad viven en las zonas económicamente más deprimidas.
Junto a los
abipones, fueron los primeros en adoptar el caballo en el siglo XVII, diferenciándose del resto de los pueblos aborígenes. Es el grupo más numeroso de originarios en la actualidad y por lo cual aún conforman una agrupación de castas que se conducen con una organización política milenaria. Vivían de la caza, la pesca y la recolección, como así también del pillaje y el robo a otras comunidades. Tenían esclavos y en sus antepasados existía el canibalismo como forma de sustento.

ORGANIZACION POLITICO SOCIAL



Organización Político-Social Afirma Orlando Sánchez, del pueblo toba, "El matrimonio, su contexto, descendencia y reglamentación tradicional vigentes, es la base de la organización social de la nación Toba, constituída por varias tribus o parcialidades denominadas: na'olaxanaq, huaguiilot, dapicoshic, yolopi, qolpi, teguensanpi,'eraxaicpi, la'añaxashicpi, tacshicpi, que hablan en un solo idioma. Solamente ellos pueden distinguir los ecos regionales: norte, sur, oeste y este. La diferenciación de los nombres de cada subgrupo revela ciertas características, hábitos y habilidad práctica de clases.Eran grupos itinerantes que recorrían el territorio en busca de sustento, se organizaban en 'tribus' constituídas por varias familias bajo el mando de un cacique, ese liderazgo podía heredarse , pero el elegido debía dar muestras de habilidades especiales para la caza y la pesca o para la cura de enfermedades .Este tipo de organización se mantiene en los grupos que viven más aislados.


www.encuentro.gov.ar/Content.aspx?Id=1005





LA MASACRE DE NAPALTI



El día 19 de julio de 1924 muy temprano, un grupo de unos 130 hombres, entre policías, estancieros y civiles blancos de la zona, fuertemente armados con rifles Wínchester y Máuser, rodearon el campamento donde se habían reunidos los indígenas alzados que, armados tan sólo con palos, bailaban en una fiesta religiosa organizada por los chamanes, convencidos de que los dioses los protegerían de las armas de fuego de los hombres blancos. Estos últimos hicieron fuego hacia el campamento durante cuarenta minutos y luego entraron al mismo para rematar a machetazos a los indígenas que quedaban, muchos moribundos, incluidos mujeres y niños.

A finales de los años veinte, el periódico Heraldo del Norte recordó así el hecho:
Como a las nueve de la mañana, y sin que los inocentes indígenas hicieran un sólo disparo, [los policías] hicieron repetidas descargas cerradas y enseguida, en medio del pánico de los indios (más mujeres y niños que hombres), atacaron. Se produjo entonces la más cobarde y feroz carnicería, degollando a los heridos sin respetar sexo ni edad.
El 29 de agosto —cuarenta días después de la matanza—, el ex director de la Reducción de Napalpí Enrique Lynch Arribálzaga escribió una carta que fue leída en el Congreso Nacional:
La matanza de indígenas por la policía del Chaco continúa en Napalpí y sus alrededores; parece que los criminales se hubieran propuesto eliminar a todos los que se hallaron presente en la carnicería del 19 de julio, para que no puedan servir de testigos si viene la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados.
En el libro Memorias del Gran Chaco, la historiadora Mercedes Silva
, confirma el hecho y cuenta que al mocoví Pedro Maidana, uno de los líderes de la huelga «se lo mató de manera salvaje y se le extirparon los testículos y una oreja para exhibirlos como trofeo de batalla».
En el libro Napalpí, la herida abierta, el periodista Mario Vidal detalla: «El ataque terminó en una matanza, en la más horrenda masacre que recuerda la historia de las culturas indígenas en el siglo XX. Los atacantes sólo cesaron de disparar cuando advirtieron que en los toldos no quedaba un indio que no estuviera muerto o herido. Los heridos fueron degollados, algunos colgados. Entre hombres, mujeres y niños fueron muertos alrededor de doscientos aborígenes y algunos campesinos blancos que también se habían plegado al movimiento huelguista».
Un reciente microprograma de la Red de Comunicación Indígena destacó:
Se dispararon más de 5000 tiros y la orgía de sangre incluyó la extracción de testículos, penes y orejas de los muertos, esos tristes trofeos fueron exhibidos en la comisaría de Quitilipi. Algunos muertos fueron enterrados en fosas comunes, otros fueron quemados.
En el mismo audio, el cacique toba Esteban Moreno, contó la historia que es transmitida de generación en generación:
En las tolderías aparecieron soldados y un avión que ametrallaba. Los mataron porque se negaban a cosechar. Nos dimos cuenta que fue una matanza porque sólo murieron aborígenes, tobas y mocovíes, no hay soldados heridos, no fue lucha, fue masacre, fue matanza, por eso ahora ese lugar se llama Colonia La Matanza.
La Reducción de Napalpí había sido fundada en 1911, en el corazón del Territorio Nacional del Chaco. Las primeras familias que se instalaron eran de las etnias Pilagá, Abipón, Toba, Charrúa y Mocoví.




www.elortiba.org/napalpi.html



www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-38355-2004-07-19.html